Fachada del Palacio Ducal





Posiblemente nos hallemos ante los escasos restos que hasta el día de hoy se han conservado de lo que fuese una de las mas destacadas fortalezas del territorio. Nos remontaremos a la época visigoda y mas concretamente al año 691, en el que durante el Reinado de Egica se levanta un monasterio albergando  la Iglesia de San Andrés y Santa Gertrudis. Este hecho queda constatado a través de una inscripción de la época visigoda hallada en lo que posteriormente sería el Castillo de Bailén y en la que reza que el Abad Locuber construyó dos coros en los que debía ser la iglesia de una fundación monástica.

Es limitada la información disponible respecto a la época musulmana en Bailén, por lo que se presupone que la localidad debía ser una aldea por aquel tiempo y en la que Abderraman I levantó el Castillo de Bailén sobre el antiguo monasterio, allá por el siglo IX.

Lo que había sido una iglesia pasaría a convertirse en mezquita hasta que el castillo se volviera a reconstruir en Casa-Palacio tras ser adquirido con su villa por D. Pedro Ponce de León por veinte mil maravedíes en 1360.

Posteriormente serán numerosos sus propietarios, desde los Condes de Benavente o el Duque de Osuna hasta el Condestable Lucas de Iranzo en el siglo XV que lo utilizaría como residencia y en el que con el objetivo de halagar a sus invitados organiza cacerías o corridas de toros. En 1470 decide atacarlo para castigar de esta manera al señor de la villa y así defender la causa de Enrique IV frente a la de Isabel, y a la que el Condestable se hallaba vinculado.

Sus últimos propietarios serían una familia rica minera, los Bonaplata que en 1893 lo venderían al Ayuntamiento, convirtiéndolo en las dependencias municipales hasta 1930. Multiples son los usos que le corresponderían hasta su definitiva desaparición, utilizandose de escuela, residencia de maestros o viviendas sociales.

Las causas de su destrucción vienen marcadas por la historia, donde el paso del tiempo y las escasas reparaciones lo convertían en un nido de malechores y bandidos, que junto con la aparición de nuevas armas para la lucha resultaban innecesaria su conservación debido al gasto que suponía, por lo que sería demolido en parte, conservando un ala como casa alojamiento de los Condes Ponce de León.
La iglesia que albergaba su interior permancería hasta 1504, momento en el que fue inaugurada la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación.

Es finalmente en 1970 cuando los restos de la fachada de lo que ya sería Palacio Ducal, se trasladarían hasta la ubicación en la que se hallan hoy, y en la que podemos observar el estilo renacentista de la portada junto con el escudo de los Ponce de León.

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