Con el nombre originario de La Carrera es aún conocida esta plaza, a pesar de que no habrá confusión si pregunta a cualquier bailenense por la Glorieta Virgen de Zocueca, denominación que adquiere en 1940 en honor a la patrona de Bailén.
Fue construida en el siglo XIX, cercana a la casa que habitaba la heroína de Bailén, María Bellido. Era una zona rodeada por huertas debido a la abundancia de agua existente, de tal forma que en su interior albergaba una fuente de piedra donde en un tiempo ya pasado, nuestros paisanos se abastecían de agua. Para llenar sus cántaros debían tener cierta habilidad, ya que era imprescindible ensartar una caña que condujese el agua desde el canal hasta la vasija. Cuentan que un invidente al que llamaban Joaquín el aguador tenía un tacto especial para realizar esta tarea.
A mediados del siglo XX, es remodelada para convertirse en la glorieta que hoy podemos admirar, donde hallamos una fuente con el cuadro de la patrona en la parte superior y rodeada de pequeñas zonas ajardinadas.
Este lugar resulta ser un emplazamiento privilegiado para admirar algunos pasos de la Semana Santa de Bailén.
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